Elecciones Castilla y León 2022

Sánchez ha perdido 4 de las 5 elecciones celebradas desde que gobierna con Podemos, ERC y Bildu

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez es el gran perdedor de las elecciones celebradas este domingo en Castilla y León. El Partido Socialista se ha dejado 7 escaños y 118.000 votos, tres años después de ganar las elecciones de 2019. Una derrota que se suma al historial de batacazos que acumula Sánchez desde que gobierna con Podemos, con ERC y Bildu como socios prioritarios.

Desde que en 2020 se inició el nuevo ciclo electoral, el socialista ha visto mermar su influencia en diferentes comunidades autónomas. Bien perdiendo diputados o sorpassado por otras formaciones. En las elecciones en Galicia y el País Vasco, celebradas el 12 de julio de 2020, el PSOE fue incapaz de rentabilizar su presencia en el Gobierno de España y se vio adelantado por el Bloque Nacionalista Gallego y por Bildu. En el primer caso, Alberto Núñez Feijóo arrasó con 42 diputados, uno más que en 2016, y el PSOE no sumó ni uno más a los 14 que ya tenía. Quedó como tercera fuerza en el Parlamento autonómico, por detrás del BNG.

En el País Vasco, el PSOE sólo fue capaz de arrancar un diputado más. Logró 10, muy lejos de los 21 de Bildu y de los 31 del PNV. Ambos partidos, ahora socios de gran influencia de Sánchez, vieron reforzados sus resultados con hasta 3 escaños cada uno.

El batacazo de Madrid

El 4 de mayo del año pasado, el PSOE sufrió uno de sus peores batacazos. El partido de Sánchez cosechó su peor resultado histórico en unas elecciones en la Comunidad de Madrid, bajando por primera vez de los 30 escaños (24), y del 20% de los votos (16,80%). Los socialistas perdieron 13 diputados y 270.000 votos en estas elecciones, rendidos ante el arrollador éxito de Isabel Díaz Ayuso. Además, se vieron desbancados por Más Madrid en su papel de líderes de la oposición. El partido de Mónica García les superó por 4.000 votos, confirmando así el sorpasso que los socialistas temían durante toda la campaña.

En las elecciones celebradas en Cataluña, el 14 de febrero, el PSC -con Salvador Illa como candidato- sí ganó las elecciones. Sacó 33 escaños -16 más que en 2017-, los mismos que ERC. Sin embargo, el independentismo vio también reforzada su mayoría (65 escaños entre ERC y Junts) y acabó formando gobierno, que preside Pere Aragonès.

El historial para Sánchez es nefasto en el camino hacia las elecciones autonómicas y municipales de 2023 y, por supuesto, las generales.

El candidato socialista, Luis Tudanca, visiblemente afectado, compareció ante los medios con un enigmático mensaje: «Otros vendrán y harán más y lograrán que el cambio llegue a esta tierra, porque esta tierra lo merece”, dijo. «Me he vaciado trabajando por esta tierra, a la que tanto quiero, pero no ha sido suficiente», admitió.

Sánchez se volcó en la recta final de la campaña, con un despliegue inédito de actos. En paralelo, el Gobierno activó su maquinaria institucional, utilizando incluso el Consejo de Ministros con fines propagandísticos. En los días previos a los comicios, el Ejecutivo anunció varias medidas de calado -como un plan para el mundo rural, la ley de Vivienda o la subida del salario mínimo- con evidentes fines populistas. Ni con esas ha conseguido evitar la victoria del PP. El presidente del Gobierno ha comprobado otra vez en las urnas la contestación social a sus políticas.

Mientras, en Génova han interpretado la victoria de Mañueco como un impulso en sus objetivos electorales. «El cambio de ciclo es imparable», resumió Pablo Casado tras conocer los resultados. En la dirección consideran que el PP «sale fuerte y a ganar» tras estos comicios.

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